Ignoro si el individuo de la foto es real o no, pero lo que sí puedo asegurar es el gran papel que haría aquí y ahora, la gran añorada Doña Dolores Parmalat, insigne paladina pro-bichos.
¡Ah! ¡Señor, Señor! El poder del vil metal.
Ya lo dijo Sansón ante el Sanedrín (cuando lo del juicio, por lo de la pelea en el bar): “No adoraréis al becerro de oro, ni llevaréis a cabo fornicación con mujer ajena, porque os saldrán las pupas en la cabeza y vendrá el crujir de dientes y el cerebro se os convertirá en agua si os tocáis vuestras partes pudendas”…(es que menudos cojones tenía Sansón, a la hora de decir cosas).